viernes, 12 de junio de 2020

CONFÍA EN TÍ

CONFÍA EN TÍ 

Cinco del seis del dos mil veinte.

Una corona de papel amarillo: “Felicidades Lidia”.

Veintitrés velas alrededor de un bol hasta arriba de pasta con queso y berberechos.

Una nave tan especial como espacial que me cambiará la vida.

Lenny Kravitz tarareando la melodía de la canción “Fly Away” subido a un elefante rosa.

Al fondo, mami vestida de conejo, utilizando una zanahoria como micrófono para cantar:

MAMI -

Desearías poder volar,
hacia el cielo, tan tan alto,
justo como una ratita guerrera.

Volarías por encima de los árboles,
sobre los mares, en todas las direcciones,
a cualquier lugar al que tú quisieras.

Quieres escapar,
quieres salir volando, sí.

Vamos y veamos las estrellas,
la Vía Láctea o, incluso, Marte.
Donde pueda ser simplemente nuestro,
vamos a disiparnos en el sol,
deja que tu espíritu vuele,
a donde seamos una,
solo por un poco de diversión, oh, sí.

Tengo que escapar,
siento que tengo que escapar, oh, sí.

Quiero escapar,
quiero salir volando, sí, contigo.
Quiero escapar,
quiero salir volando, sí.
Tengo que escapar…

Me ajusto la corona, soplo las velas mientras mami no para de cantar la misma canción una y otra vez como una especie de mantra sagrado.

Pruebo un poco de queso del bol. Una sensación extraña recorre mi cuerpo. Picor. No puedo parar de rascarme. Me empieza a salir pelo blanco en las orejas, el cuello, el pecho, los brazos, el vientre, el culo… ¿El culo? ¡Joder, que me ha salido cola! Para cuando me doy cuenta soy del tamaño del mando de la televisión. No sé qué hacer. No sé dónde meterme. Y lo peor es que nadie reacciona, que todo sigue igual. Miro a Lenny y me guiña un ojo. En ese momento el elefante me ve por primera vez en mi nuevo cuerpo de roedor y empieza a gritar descontrolado. El cantante intenta mantener el equilibrio y yo decido correr a toda velocidad hacia la nave tan especial como espacial. Lo intento poner en marcha con mi manual de intuición, el que siempre llevo a mano, y… ¿Qué hacía mami vestida de conejo?

Me siento mareada. Confusa. Creo que la nave está en marcha o ¿puede que sea mi imaginación?

Las imágenes van y vienen...

Veo el cielo cada vez más cerca. Cierro los ojos. Veo la tierra cada vez más lejos. Aparece Doraemon volando con su gorrocóptero sobre los océanos.

Sonrío y canto para mis adentros:

RATITA - “Ojalá mis sueños se hicieran realidad, se hicieran realidad porque tengo un montón”.

El gato robot se queda paralizado. Mira hacia arriba y continúa la canción con todas sus fuerzas:

DORAEMON - ¡Doraemon puede hacer que se cumplan todos, con su bolsillo mágico tus sueños se haran realidad!

¿Me lo habrá dicho a mí? ¿Estoy soñando, he perdido el norte o me han metido el LSD más potente del universo en el queso?

Cuando la vida no puede volverse más absurda me siento en paz. No tengo que preocuparme por nada más que por dejarme sorprender por la siguiente locura. Es así como me gusta vivir, sintiendo que vivo el presente, que vuelo alto, al universo o más allá. Comprendiendo lo incomprensible, conociendo lo desconocido, inventando lo que aún no existe. Todo es cierto y nada lo es. Me entretengo creando realidades y jugando a entenderlas y, por supuesto, a disfrutarlas.

“Tus sueños se harán realidad”. ¿A qué sueños se referirá? De pronto, me acojono. Hay que tener mucho cuidado con lo que se desea por si se cumple. Recuerdo las palabras que se me cruzaron por la cabeza cuando soplaba las veintitrés velas: “Desearías poder volar, hacia el cielo, tan tan alto, justo como una ratita guerrera”. Claro, ahora todo cobra un poco más de sentido. Por eso la transformación, por eso la nave, por eso el mareo… Lo que sigo sin comprender es qué hacía mami vestida de conejo.

Ya ni siquiera distingo la silueta de los continentes. Todo se ha vuelto borroso. Los sonidos se cuelan hasta mi lóbulo frontal y estallan como fuegos artificiales, bombas de guerra y pitidos de un árbitro enfurecido. Cada vez visualizo con menos nitidez las imágenes que van y vienen, vienen y van: “Volarías por encima de los árboles, sobre los mares, en todas las direcciones, a cualquier lugar al que tú quisieras”. Silencio. Justo antes de perder el conocimiento me pregunto: “¿A qué lugar quisiera yo volar?”.

El universo es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía, el impulso, las leyes y constantes físicas que las gobiernan. El azar dirige mi vehículo especial hacia el Planeta Zamora.

Me mece el susurro de una madre que me ama, me cuida, me acaricia la piel desnuda. La piel más sensible del universo, el corazón más valiente, el alma más pura. Quiero llorar, llorar y llorar. No estoy triste pero me da tanto placer llorar… Lloro y mi madre me acaricia la piel. Lloro y mi padre ingenia mil estrategias para hacerme reír. Lloro y los pájaros cantan más alto, queriendo unir fuerzas para crear un coro de voces que cuentan verdades. Lloro y el sol se acerca un poco más para calentarme los deseos más profundos. Lloro y lloro y, qué gusto llorar. Mi cuna se ha convertido en bañera, mis lágrimas en sueños, mis sueños en delfín, rana Gustavo y tarántula. Siempre estoy bien acompañada. Percibo tanto amor a mi alrededor que no quiero dormir. Deseo nadar eternamente en este mar de lágrimas de felicidad…

Mami aparece con una flor en las manos y la coloca en mi nave.

MAMI - Esta flor te acompañará durante tu viaje mi ratita guapa. Es la última flor Lidia que queda en este planeta y es para tí. Te dará la fuerza para enfrentar, luchar, superar y crecer cuando te sientas pequeña, tus bigotes tengan dudas o tu cola se enrede. A partir de ahora todos y todas te conocerán por la ratita guerrera.

Mi nave se ha convertido en la más molona del universo y, por la emoción, no me deja ni responder. ¡Despega a la velocidad de la luz hasta Estrellarte! La prestigiosa estrella del arte, oasis de creatividad, ideas, música, teatro, pintura, danza… ¡TODO AQUELLO QUE PUEDAS IMAGIN - ARTE!

Abro la puerta de la nave y me lanzo a una piscina de luz, purpurina y pelotas del chiquipark. No sé cómo pero las pelotas del chiquipark llegan a los sitios más recónditos e inesperados. Aparece un señor con bigote, serio y cejijunto:

DEBE - Usted no debería estar aquí, ¿no cree?

RATITA - Ni creo ni dejo de creer, mi nave “especial” decide por mí…

DEBE - Ejem, querrá decir “espacial”. ¿No cree que debería ser usted quien tomara las decisiones?

RATITA - ¿De dónde has sacado todas estas pelotas del chiquipark?

DEBE - Francamente pienso que debería guardar las formas. Una rata que llega sin avisar a una estrella tan prestigiosa como esta debería ahorrarse las preguntitas, ¿no cree?

RATITA - ¿Qué hace usted aquí? ¿Es artista?

DEBE - Le responderé únicamente porque ha hecho el esfuerzo de dirigirse a mí de usted. Yo mismo construí con mis propias manos esta estrella. Era un artista apasionado pero, con el tiempo, llegó la soledad y… Creo que debería parar. Es mi vida privada.

RATITA - ¿Sabe qué?

DEBE - ¿Debería saberlo?

RATITA - Le llenaré su estrella de arte y de artistas de todo el universo.

DEBE - No debería usted jugar con la palabra. Podría dañarme y mi corazón carece de espacio para una nueva herida…

RATITA - Se lo prometo.

Pienso curarle todas las heridas para devolverle su esencia de artista. Antes de irme Debe me enseña el rincón más luminoso de Estrellarte, repleto de maquillaje, disfraces, escenografías diferentes, plataformas para escenarios, elementos de danza y teatro, instrumentos musicales, cámaras, cerámica, plastilina de todos los colores, materiales para hacer manualidades, brillantina y adornos, pegatinas y calcomanías, lienzos, cartulinas y folios, cajas llenas de lápices, pinturas, bolígrafos, rotuladores, pinceles, témperas, tizas… Increíble. No pude contenerme...

DEBE - Ratita, ratita… ¡La vuelta me he dado y, con sus hábiles patitas, una gran montaña rusa de plastilina ha fabricado! Déjeme ver ese dibujo… No debería dibujar con perspectiva siendo usted tan pequeña, ¿no cree? Es capaz de generar obras de arte en un abrir y cerrar de ojos.

RATITA - No sé si son “obras de arte” pero me divierte…

DEBE - Ya le digo yo que sí. Debería creer a quien, en su tiempo, fue un distinguido pintor.

Nos pasamos horas y horas pintando, bailando, maquillandonos la cara… Conseguí recortarle el bigote tras mucha insistencia y él me tiñó el pelo multicolor. Ahora soy una rata guerrera voladora, colorida y moderna.

Me despido de él sin olvidarme de lo prometido y prosigo mi viaje hacia… ¿DÓNDE?

LUNÁTICA - ¡A LA MIERDA, ¿ME OYES?, A LA MISMÍSIMA MIERDA! Siempre igual, inventándote tonterías que me hacen ilusión para después joderme. Pues que sepas que no voy a volver a caer. ¡Estás completamente chiflado!

Miro al satélite con forma de queso. Ummmmmmm… ¡queso, rico, queso! No tenía ni idea de que hubiese tanto jaleo en la Luna. Puede tener que ver con que se las ingenia para mostrarnos siempre la misma cara. Costumbre que el ser humano a adquirido por imitación.

LUNÁTICO - ¿Y qué me dices de eso, eh, querida hermanita?

(Silencio)

LUNÁTICO - Ajajá. Ahora no dices nada, ¿eh? Te lo dije. Te dije que la Luna es el único cuerpo celeste en el que el ser humano ha realizado un descenso tripulado y que, por consiguiente, volverían a visitarnos. Hay que tener paciencia…

LUNÁTICA - Ahora no vayas de listo porque el azar haya decidido premiar tu orgullo por una vez.

Los dos mellizos me dan la bienvenida a la Luna, satélite de la incomprensión, de las preguntas sin respuesta, de las caras contrapuestas…

LUNÁTICA Y LUNÁTICO - ¡Bienvenida a la Luna, nos pillas en el mejor momento!

RATITA - Me presento. Soy la ratita guerrera.

LUNÁTICO - Y, por lo que veo, te gustan los colores vivos…

LUNÁTICA - (A su hermano) Deja de incomodar a nuestra invitada, melón. (A Ratita) No le hagas ni caso a este espécimen… Puedes venir como quieras. Aquí nos encantan los colores.

RATITA - ¿Ah, sí? ¿Sois artistas?

LUNÁTICO - No exactament…

LUNÁTICA - (Le corta) ¡Por supuesto! ¿Por qué?

RATITA - Vengo de Estrellarte y he descubierto un paraíso artístico que me gustaría llenar de artistas de todo el universo.

LUNÁTICA - ¡SÍ, ACEPTAMOS!

LUNÁTICO - Si fuera tan fácil…

LUNÁTICA - (A su hermano) ¡Cállate!

RATITA - ¿Pasa algo?

LUNÁTICA - ¡NO!

LUNÁTICO - ¡SÍ!

RATITA - Podéis confiar en mí.

LUNÁTICO - El último ser humano que nos visitó nos dejó una especie de maldición…

LUNÁTICA - ¡No exageres! Es un aparato en el que hay que poner 1001 preguntas sin respuesta.

LUNÁTICO - Y hasta que no lleguemos a esa cifra no podremos salir de aquí.

LUNÁTICA - La buena noticia es que ya hemos formulado 1000 preguntas sin respuesta. Nos queda una...

LUNÁTICO - La mala: que nos estamos volviendo locos. Lo que al principio parecía divertido se está volviendo un infierno y a ver a quien se le ocurre una cuestión en la que aún no hayamos pensado… ¡ES IMPOSIBLE! Llevamos años y años dándole vueltas a la cabeza y yo ya no sé qué hacer, estoy desesperado y mi hermana no para de fingir que todo va bien… ¡PUES NO LUNÁTICA, ESTOY HARTO DE NEGAR LO OBVIO, ESTAMOS ENCERRADOS Y YO YA NO AGUANTO NI UN MINUTO MÁS AQUÍ!

RATITA - Siempre he destacado por hacer las preguntas que nadie más se planteaba.

LUNÁTICA - Ven. Te vamos a enseñar el aparato. (A su hermano) Y tú y yo ya hablaremos luego…

Me enseñan un artefacto colocado en medio de un cráter. Tiene teclado, una pequeña pantalla en la que marca “1000” y un botón rojo enorme.

LUNÁTICO - Esa gigante roja es la culpable de mis pesadillas.

RATITA - ¿Dios se cepilla los dientes?

LUNÁTICO - Pues supongo que sí, ¿no?

LUNÁTICA - O no. Puede que se los limpie de otra manera, que no se los limpie porque siempre están limpios por ser dientes de dios o que se los limpien otros…

LUNÁTICO - Eso si damos por hecho que existe.

LUNÁTICA - Efectivamente. Porque, si no fuera así, la pregunta podría ser denegada por tratarse de un ser inexistente o podría darse por buena teniendo en cuenta que todo el imaginario que se ha generado alrededor de “Dios” ya es un hecho que tiene consecuencias obvias en el planeta tierra.

LUNÁTICO Y LUNÁTICA - ¿Tú tienes respuesta?

RATITA - No la tiene.

Se pasaron días y noches discutiendo sobre si tenía o no respuesta. He perdido la noción del tiempo y ellos siguen igual. Tengo que tomar la iniciativa: entro en el cráter y tecleo la pregunta. Pulso el botón rojo.

APARATO - GRACIAS POR SU PREGUNTA SIN RESPUESTA NÚMERO 1001. ESTA INFORMACIÓN ES CONFIDENCIAL Y SE ACABA DE ENVIAR A LA BASE DE DATOS DE LA NASA. TENGA UNA BUENA TARDE. ESTE APARATO SE AUTODESTRUIRÁ EN 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1…

Los mellizos se quedan en silencio. Me miran.

RATITA - En serio ¿”TENGA UNA BUENA TARDE”? Indignante. Esto sí que no tiene respuesta…

Corren hacia mí. Me abrazan. Me repiten lo agradecidos que están.

LUNÁTICO - ¿Ves hermanita? Te dije que vendrían a visitarnos y que nos salvarían. Te lo dije.

LUNÁTICA - Y también dijiste que era imposible…

LUNÁTICO - ¡Tú siempre enredando!

RATITA - Por favor…

LUNÁTICA - Tienes razón. ¿Qué podemos hacer por tí? Dinos cualquier cosa y lo haremos, sea lo que sea.

LUNÁTICO - Menos formular otras 1001 preguntas sin respuesta o responder 1001 preguntas con respuesta.

RATITA - Quiero que no os volváis a hablar mal. Quiero que os cuideis. Os tenéis la una al otro, el otro a la una, y no sois capaces de miraros a los ojos. De parar y daros cuenta de que os dais compañía, amor, vida…

Se quedan en silencio. Lloran. Lloran como cuando yo estaba en Planeta Zamora. Son lágrimas que piden caricias, lágrimas de anhelo, lágrimas de felicidad. Se miran y se ahogan en un abrazo sin fin. Se mudan a Estrellarte. Tienen un proyecto maravilloso entre manos. Van a recrear todas esas preguntas sin respuesta en las diversas e infinitas opciones que brinda el arte: danzas de la curiosidad, espectáculos de la ignorancia, cuadros inefables, óperas de la duda, construcciones enigmáticas... Seguro que se hacen íntimos de Debe. Ya les he advertido que le traten de usted.

Antes de irme insisten en regalarme el cuaderno con las 1000 preguntas sin respuesta.

LUNÁTICO Y LUNÁTICA - ¡PARA TÍ, tú nos has liberado!

Yo, una máquina inagotable de preguntas imprevisibles capaz de dejar sin palabras a cualquiera, sujeto entre mis manos lo impensable, lo más preciado que nadie podría haberme regalado. ¿Existirá el mismo número de preguntas que de respuestas?

Mi mente se ha divertido demasiado. Toca mirar por la ventana, observar las constelaciones de la memoria…

Las estrellas se agrupan para formar una finca en medio del campo. La reconozco. ¡Es la finca de mis abuelos, donde yo tanto jugaba! Ahí está mi familia junto a los gatos, los conejos y las gallinas. Me alegro de estar lejos por las gallinas, he de admitir que no me caen demasiado bien. Pero, por todo lo demás, me encantaría poder formar parte de esa constelación hermosa. Les echo de menos…

Para cuando me doy cuenta la nave se detiene en una nueva superficie. Abro la puerta para descubrir dónde. No es ni un planeta, ni una estrella, ni un satélite. Por suerte soy una ratita curiosa y he leído bastante sobre el universo desde que me metí a estudiar física por puro placer… Aunque mi querido Einstein se opuso a la existencia de los agujeros negros, esto tiene pinta de ser una región finita del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa lo suficientemente elevada y densa como para generar un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de ella. Un agujero negro es una curvatura del espacio- tiempo que provoca una singularidad envuelta por una superficie cerrada llamada horizonte de sucesos. Este horizonte de sucesos separa la región del agujero negro del resto del universo.

La superficie se vuelve espejo. En el interior, el reflejo de una esfera negra. La curvatura espacio- temporal me transporta al pasado. Aparece, de pronto, una niña de 12 años dibujada en la esquina derecha de la página de un cuaderno cuadriculado. Es la niña llorona con la piel más sensible del universo, la misma que desea nadar eternamente en su mar de lágrimas de felicidad. Sonríe. Lleva coleta alta para sujetar su melena castaña. Camiseta rosa, falda azul, leotardos de rayas amarillas y moradas y zapatillas marrones con cordones supersónicos. Al fondo, un banco marrón típico de las ciudades; sobre todo, de los parques. Detrás se esconde papá. Sus vaqueros no le impiden estar a gatas. Mira a la niña sin parar de sonreír. A la izquierda, un árbol gigante desde donde mami, tan presumida como de costumbre, me observa con disimulo. Los personajes comienzan a cobrar vida. Papá pierde la sonrisa. Mami pierde la sonrisa. Ambos lanzan frases acompañadas de gestos hacia la niña: “ven, cariño, ven”, “tú tranquila”, “eres la mejor hija del mundo”, “te quiero”, “todo estará bien”... La niña pierde la sonrisa. Llora. Es la primera vez que llora de tristeza. Las lágrimas de felicidad se transforman en lágrimas de dolor, sufrimiento, incomprensión, miedo, soledad, rabia, enfado, ira, impotencia. No entiende por qué se esconden, por qué no están juntos como siempre. Llora y mami no le acaricia la piel. Llora y papá no ingenia mil estrategias para hacerle reír. Sus lágrimas se convierten en pesadillas y, sus pesadillas, en soledad. No puede dormir.

“Tengo que escapar,
siento que tengo que escapar, oh, sí...”

La muerte de una gigante roja que se acaba convirtiendo en enana blanca, es decir, en agujero negro. La niña es el agujero y, la separación, el horizonte de sucesos que separa la región del agujero negro del resto del universo.

Soledad. Idas y venidas. Huir, regresar. Perderse para encontrarse.

Aparto la mirada del espejo y me dirijo a mi nave especial con la sensación de estar reviviendo un episodio imprescindible de mi vida… Ahora sé que la separación se transforma, con el tiempo, en unión; el sufrimiento en fortaleza; la impotencia en acción; la rabia en compasión; la incomprensión en autoconocimiento; el miedo en resiliencia; la ira en paz; la soledad en independencia; el error en aprendizaje; el aprendizaje en acierto; el odio en amor; el enfado en entendimiento; el entendimiento en aceptación; la aceptación en perdón.

Pienso en mami. Pienso en papá. Pienso en mi flor, la última flor Lidia que quedaba en el Planeta Zamora. Pienso en todo lo que me ha ayudado, en todo lo que he crecido y superado. Mami se escondía tras el árbol porque estaba incluso más acojonada que yo. Papá se ocultaba tras el banco porque no quería que le viese el alma en pedazos. Yo salí corriendo porque dejé de comprender la realidad que me rodeaba y me sentí engañada, decepcionada, abandonada. Hoy, cinco del seis del dos mil veinte, ya no necesito la flor. Ha llegado el momento de devolvérsela a su verdadera dueña. 

Enciendo el motor y ¡EN MARCHA A MARTE, A AMARTE..!

“Vamos y veamos las estrellas,
la Vía Láctea o, incluso, Marte.
Donde pueda ser simplemente nuestro,
vamos a disiparnos en el sol,
deja que tu espíritu vuele,
a donde seamos una,
solo por un poco de diversión, oh, sí”.

Nada más pisar el Planeta Rojo escucho el ladrido de bienvenida de mis dos peluditos preferidos:

RATITA - ¡BLAS, NINA, YA ESTOY AQUÍ!

No se dejan engañar. Incluso habiendo mutado en roedor me reconocen. El amor no es ciego, es vidente. 

MAMI - ¿Ratita mía, eres tú?

Nos miramos. No recuerdo la última vez que la vi. Una lágrima cae por mi mejilla derecha y cae al suelo. Nace una flor. Una flor Lidia.

(Silencio)

MAMI - Cuánto tiempo, mi cuqui… No me lo puedo creer. Estás aquí. Eres tú.

Yo sigo en silencio. No puedo dejar de observar el brillo en sus ojos. Me quiere con toda su alma. Lo daría todo por mí. Hizo lo que pudo y continúa haciendo lo que puede y así será hasta el fin de los días. Soy lo más importante de su vida y lo sé. Tengo la prueba ante mí. Me sigue mirando con los ojos de aquella madre que acariciaba mi piel sensible.

Otra lágrima. Otra flor Lidia. Otra lágrima. Otra flor Lidia… En medio del desierto rojo, un oasis de reconciliación.

Nos derretimos en un abrazo eterno… La presión atmosférica aumenta y Marte recupera sus ríos, mares y océanos. La enana blanca crece y pasa por encima del horizonte de sucesos que separa la región del agujero negro del resto del universo. La niña de 12 años vuelve a la esquina derecha de la página de un cuaderno cuadriculado y recupera su sonrisa juguetona. Mira a papá. Mira a mami. Ambos salen de donde están y se acercan a la pequeña. Se derriten en un abrazo eterno…

RATITA - (Susurrando) “Sé que hay en tus ojos con solo mirar”...

MAMI - “Que estás cansada de andar y de andar”...

RATITA - “Es mejor perderse que nunca embarcar”...

MAMI - “Aunque ya ves que no es tan fácil empezar, sé que lo imposible se puede lograr, que la tristeza algún día se irá”...

RATITA - “Y así será. La vida cambia y cambiará”...

JUNTAS - ¡”Sentirás que el alma vuela por cantar una vez más”!

Nos entendemos. Nos reímos. Nos amamos. Somos lo más parecido a dos almas gemelas.

JUNTAS - ¡Te echaba tanto de menos…!

MAMI - Sabes que hoy es un día muy especial…

RATITA - Sí, mami, lo sé. Es más especial que nunca porque hoy soy yo la que te va a hacer tres regalos a tí.

MAMI - ¿Tres? Con la condición de que pruebes la delicia que acabo de preparar…

Se oye el ruido del reloj- alarma de la cocina en forma de elefante rosa. Mami sale escopeteada mientras grita “¡ahora vengo eh, no te vayas cariño!”.

Vuelvo a la nave en busca de las herramientas que necesito para el regalo de mami: guantes, set de limpieza, bandas anti-vibración, tinta color esperanza, aguja estéril pinta universos y máquina de tatuaje.

Comienzo a tatuar tres palabras sobre la borrosa banda de luz blanca a la que los terrícolas llaman Vía Láctea.

Los vikings creían que llevaba al destino de las almas de los muertos. Los celtas que se dirigía al castillo de la reina de las hadas. Los orientales se refieren a ella como un río de plata celestial. Los españoles lo vinculan al Camino de Santiago por ser guía de los peregrinos. Para mí es nuestro camino. Quiero que mami recuerde para siempre que, tras haber peleado tanto, aunque sigamos caminos diferentes, siempre serán parte de la misma vía, la Vía Color Esperanza.

Mami vuelve haciendo malabares con un montón de cosas: una corona de papel amarillo en la que pone “Felicidades Lidia”, veintitrés velas alrededor de un bol hasta arriba de pasta con queso y berberechos, un disfraz de conejo y una zanahoria…

RATITA - No hacía falta mami…

MAMI - La tradición es la tradición, hija…

De pronto, mira al espacio exterior y se le caen todos los objetos al suelo, uno por uno. Finalmente, ella cae de rodillas. Se queda en silencio. Ahora es ella la que llora. Repite en voz baja las tres palabras tatuadas sobre la borrosa banda de luz blanca a la que los terrícolas llaman Vía Láctea.

MAMI - “Confía en tí, confía en tí, confía en tí”…

Me acerco y le doy la flor que, hace años, ella me dio.

RATITA - Esta flor te acompañará durante tu viaje mami. Es la última flor Lidia que quedaba en Planeta Zamora y, ahora, es para tí. Te dará la fuerza para enfrentar, luchar, superar y crecer cuando te sientas pequeña, tus mantras tengan dudas o tus pensamientos se enreden. A partir de ahora todos y todas te conocerán por la mami guerrera.

(Silencio)

RATITA - Y aún queda tu tercer regalo…

Ella niega con la cabeza.

MAMI - ¡Hija, basta ya, que me va a explotar el corazón de emoción, felicidad, amor!

RATITA - ¡Es lo que tiene el viaje a AMARTE!

Mami es una artista. Tiene el don de ver donde los demás no ven. Ella percibe la esencia que nos conecta a todos, a todas, aquella que a la mayoría le pasa desapercibida… El arte de “mirarte”, de atreverse a ver. Por eso creo que le va a encantar conocer Estrellarte y, cómo no, a Debe. Estoy segura de que allí encontrará la paz interior, el bienestar más profundo de su ser, su fuente de creatividad sagrada. Ese será mi tercer regalo, devolverle la plenitud.

RATITA - Quiero que celebremos mi cumpleaños en Estrellarte, con Debe, los mellizos, los dos peluditos, papá, Doraemon, Lenny Kravitz y el elefante rosa.

MAMI - ¿Cómo? 

Le cuento todo mi viaje.

MAMI - Estás completamente loca, hija. Me apunto al plan con la condición de llevar la corona de papel amarillo, las velas, el bol, el disfraz y la zanahoria…

RATITA - Oye, mami…

MAMI - ¿Qué?

RATITA - ¿A qué viene lo del disfraz de conejo y la zanahoria?

MAMI - Lo sabrás cuando lo tengas que saber.

Odio cuando mi madre se pone tan enigmática. Odio no entender, quedarme con la intriga.

Lo preparamos todo juntas, avisamos a todos los invitados de la fiesta y nos ponemos en marcha.

Jamás se me olvidará la cara de Debe.

DEBE - Usted debería estar aquí, ¿no cree?

RATITA - Lo creo. Ahora soy yo quien toma las decisiones.

DEBE - Las pelotas del chiquipark me las regaló Lenny Kravitz a cambio de disfrazarme de conejo en el vigésimo tercer cumpleaños de su sobrina. Tuve que cantar utilizando una zanahoria como micrófono…

Mami sale de la nave vestida de conejo con una zanahoria en la mano.

RATITA - Déjeme que le presente… Ella es mami guerrera.

MAMI - Y, usted, debe ser el distinguido pintor, ¿verdad?

DEBE - Así es.

Debe se sonroja. Mami le ha gustado mucho. Se pone nervioso.

DEBE - Bu, bu, bueno… Eh… Que digo que deberíamos estar con los demás, ¿no creéis?

Le seguimos hasta la parte más luminosa de Estrellarte, donde me encuentro a los dos peluditos y a papá junto a mis nuevos amigos artistas de la luna, Doraemon, Lenny Kravitz y el elefante rosa. Han utilizado todo el material artístico para construir el paraíso de la diversión. Está la montaña rusa de plastilina, la caída libre de cerámica, los autos de choque de materiales reciclados, la noria de papel, el salón recreativo de bambú… Todo esto rodeado de playas, bosques tropicales, ríos, cascadas, montañas y campos abiertos coloreados con rotuladores, pinturas y demás utensilios. Hay zonas de arte, deporte y riesgo, belleza y bienestar, estudio y lectura, ocio y entretenimiento, naturaleza y exploración… Incluso han inventado un mecanismo capaz de crear lo que aún no existe, una especie de lámpara mágica en forma de elefante rosa.

TODOS Y TODAS AL UNÍSONO - ¡FELICIDADES RATITA GUERRERA, ESTE PARAÍSO ES PARA TÍ! Es para tí porque…

MAMI - ...Eres el ser más especial del universo…

LOS DOS PELUDITOS - ...¡GUAU!...

PAPÁ - ...Te miro y no puedo sentirme más orgulloso de tí. Tan hermosa, valiente, luchadora, inteligente, sensible, honrada, justa, divertida y leal...

DEBE - ...Has cumplido tu promesa. Has curado las heridas de mi corazón dañado y me has devuelto mi esencia de artista...

LOS MELLIZOS - ...Nos has liberado y nos has traído a este paraíso…

DORAEMON - … Has cantado mi canción mientras volabas sobre los océanos y me has tenido en cuenta sin apenas conocerme, invitándome a tu cumpleaños…

LENNY KRAVITZ - ...You have created an adventure from my lyrics and that is great for sponsoring me...

EL ELEFANTE ROSA - …

En ese momento el elefante me ve por segunda vez en mi cuerpo de roedor y empieza a gritar descontrolado. Ésta vez, por precaución, el cantante no está subido en él.

LENNY KRAVITZ - Take it easy my pink friend!

Ni caso. Desaparece por entre la montaña rusa de plastilina y la caída libre de cerámica.

LENNY KRAVITZ - Fly away…

Mami saca todo lo que se ha empeñado en traer.

MAMI - La tradición es…

PAPÁ - La tradición.

Mami me coloca la corona de papel amarillo mientras papá enciende las veintitrés velas alrededor de un bol hasta arriba de pasta con queso y berberechos. La nave tan especial como espacial ya me ha cambiado la vida. Lenny Kravitz tararea la melodía de la canción “Fly Away” subido a los dos peluditos. Los mellizos mueven la cabeza al ritmo de la música. Debe no para de sonreír, está en éxtasis. Papá me dice: “pide un deseo”. Doraemon se come un dorayaki sin dejar de observar a mami vestida de conejo, utilizando una zanahoria como micrófono para cantar:

MAMI -

Deseabas poder volar,
hacia el cielo, tan tan alto,
justo como una ratita guerrera…

Y lo has conseguido.

Ahora volarás por encima de la montaña rusa,
más allá de Estrellarte, en una sola dirección,
al lugar al que tú quieres, por fin, encontrar,
a tu propio lugar,
al asteroide Higia.

Ya no quieres escapar,
pero quieres seguir volando, explorando, experimentando, sí.

Vamos y veamos las estrellas,
nuestra Vía Color Esperanza o, incluso, Amarte.
Donde pueda ser simplemente nuestro,
vamos a disiparnos en el sol,
deja que tu espíritu vuele,
a donde seamos una,
solo por un poco de diversión, oh, sí.

Ya no tengo que escapar,
siento que soy libre en este lugar, oh, sí.

Quiero que sepas que, siempre que quieras,
querré salir volando contigo.
Que te estaremos esperando en el paraíso de la diversión para cuando quieras un achuchón, una sonrisa, un lametón y un “te quiero un montón”.

Corre, vuela, sé feliz.
Sé libre, pequeña,
CONFÍA EN TÍ…

Antes de soplar las velas, pruebo un poco de queso del bol. No me puedo resistir. Es superior a mí. Puro vicio. Una sensación extraña recorre mi cuerpo. Cosquillas. No puedo parar de reír. Les contagio la risa a los demás. La explosión de carcajadas me devuelve mi cuerpo humano. Ya no tengo cola, ni bigotes, ni pelo blanco teñido de colorines. Nadie reacciona, todo sigue igual. Miro a Lenny y me guiña un ojo.

PAPÁ - Vamos, hija, pide un deseo…

Me ajusto la corona y soplo las velas con un deseo claro: encontrar mi propio lugar.

Ha sido el día más feliz de mi vida. Me acompañan a la nave. Todos me saludan desde el paraíso de la diversión al que podré volver siempre que quiera.

El asteroide Higía forma parte del cinturón de asteroides que orbita entre los planetas Marte y Júpiter. Es símbolo de curación, limpieza y sanación.

Jamás pensé que encontraría un rincón tan Lidia en el universo. Tan personal, acogedor. Tan casa. La mía casa.

Me siento más libre que nunca. He encontrado mi lugar pero sabiendo que no hay un solo lugar, que puedo volver a Estrellarte cada vez que quiera diversión, creación, arte, amistad; a Amarte cuando quiera que mami me acaricie la piel; a la tierra cuando quiera pasar una tarde increíble con papá; a la finca de mis abuelos para jugar con los gatos, conejos y… No, las gallinas no.

Mi asteroide está repleto de cajas llenas de mis cosas, lápices, plastilina, brillantina, los cuentos que mami me contaba de pequeña, mis peluches (delfín, Gustavo y tarántula), una pantalla en la que puedo ver los Rugrarts y la banda del patio las 24 horas, el cuaderno de las mil preguntas sin respuesta, mi set completo de tatuaje, mis libros favoritos y una biblioteca entera para curiosear sobre los temas que más me interesan, mis discos preferidos, paisajes preciosos por los que pasear, una cama de un kilómetro de longitud, un telescopio para ver de cerca las tres palabras que me acompañarán siempre desde la Vía Color Esperanza, boles llenos hasta arriba de… y todo lo que más deseo.

He dado un salto bestia hacia mis sueños. Con todo lo que he aprendido durante mi aventura, estoy creando mi propio negocio con sello personal. He decidido ser tatuadora. Transformó lo pobre, triste y escaso en abundancia, felicidad y belleza. Le doy orden al caos y lo convierto en arte. Coloreo el sufrimiento de verde esperanza, de rojo pasión y de amarillo alegría. Porque la vida es eso. Metamorfosis. Transformación. Cambio constante y, por tanto, adaptación, crecimiento. Y qué mejor que crecer acompañada de las personas que más me quieren en el universo.

FIN

*Un día, entre las páginas del cuaderno de las mil preguntas sin respuesta encontré una notita de Lenny Kravitz: “I will give you the happiest day of your daughter's life in exchange for you dressing as a rabbit”.

*Con los años descubrí que lo del elefante rosa fue un capricho suyo para darle juego al conflicto entre roedores y elefantes. No se le escapa una…


Pedido de Anna Martín López


lunes, 25 de mayo de 2020

La casa "amar y ya"

La casa "amar y ya"

Un día ocurre una catástrofe. La pandemia se extiende y te prohíben salir de “casa”. ¿Y si no tienes “casa”, qué haces? Sales escopeteada de donde estás en busca de un hogar donde quedarte. Corres y corres y corres y corres hasta introducirte en un profundo bosque a las afueras de la ciudad… Te quedas quieta, respiras, te abrazas al calor de un viejo árbol y sigues. No puedes parar. Ya no. Miras hacia atrás y ves todo lo que quedará tendido en ese instante. Nada volverá a ser igual. Tú jamás volverás siendo la misma por ese sendero, en caso de poder volver… Te sientes pequeña y grande, sola y acompañada. Libre y encarcelada. Perdida y encontrada. Tus piernas continúan pisando tierra, ramas, hojas, naturaleza. Te sumerges en el frondoso enigma que te muestra el camino de la perdición y, es entonces cuando, a lo lejos, percibes una curiosa figura geométrica. Es tu única opción, no te lo piensas dos veces. Te acercas poco a poco, oscilando entre la ansia y la contención. Dudas, acechas y esperas. Gracias a madre luna, logras discernir varias ventanas con diferentes formas y tamaños, el humo de una antigua chimenea y el color amarillento de una puerta de madera. Una casa amarilla en medio de la nada o, mejor dicho, del todo.

Tienes frío, mucho frío y miedo. Estás frente a la puerta. No sabes si tocar. No son horas y… El sonido de un violín cada vez más cerca. Olor a palo santo. Te quedas petrificada, no sabes qué hacer. No sabes si el huir ha sido una mala idea, si has sido una inconsciente y te acabas de meter en la boca del lobo. La puerta se abre de par en par. Te inunda un mar de luces y colores que se transforman en un salón inmenso lleno de cuadros abstractos, espirales, serpientes y casas, muchas casas diminutas por todas partes, y frases ingeniosas y mapas y flores sin identificar y frascos con una infinidad de fragancias. Esparcidos por el espacio se pueden encontrar termos llenos de té con jengibre, cúrcuma, leche de soja y miel; pinturas, lápices y cuadernos repletos de ilustraciones; instrumentos musicales enteros y por partes junto a una caja de herramientas; sacos de dormir y almohadas; calentadores llenos de calcetines calentitos; cajas de música y libros de Borges, Bucay, Camus… Es imposible captar todos los detalles a través de un solo vistazo, un experto observador necesitaría una vida entera para enumerar todos los pequeños secretos que se esconden en cada rincón de la sala con suelo de goma. Es un caos armónico en el que te sientes a gusto, un caos en el que te sientes en “casa”.

Viajas al pasado y recuerdas lo que antes significaba “casa” para tí: era el lugar donde te sentías a salvo, donde podías ser realmente tú, donde te sentías querida.

- ¡Bienvenida a la casa amarilla!

Sales de tus pensamientos y te percatas de que hay un pequeño ser ante tí dándote la bienvenida… ¿La bienvenida? Pero si no sabe ni quien eres. Buscas las palabras adecuadas para explicar por qué has acabado en su salón y…

- Acabo de hacer té.

El hombrecillo se da la vuelta y deja la puerta abierta, dejándote entrar. Entras y cierras. Calidez. Paz. Te preguntas por qué seguirá preparando té si el salón está lleno de termos llenos de té…

- Me gusta tener té caliente.

Parece que te lee el pensamiento. Intentas controlar tus pensamientos. Intento fallido. Te sirve un té en una taza hecha a mano con el dibujo de una luna nueva sobre un bosque inmenso, la mirada de un lobo y una cerradura. Cada elemento de esa casa, incluyendo al dueño, es un misterio, una especie de acertijo… ¿Tendrá llave la cerradura?

- Aprendí a hacer tazas con Anraro, un pequeño gran amigo, un pieza pero buena gente… Hay quien piensa que se gana más dando pena que haciendo arte. Ja, ja, ja.

Es inevitable entrar en el juego de quien te propone el presente. Entras, sin querer, en la corriente atemporal. Dejas de esperar, solamente dejas que llegue.

Así fue como, de la noche a la mañana, empecé a vivir en la casa “amar y ya”.

*El cliente ha decidido compartir el cuento hasta aquí"


Pedido de Tomás Gimeno 


martes, 19 de mayo de 2020

La rosa del viento

La rosa del viento

Hablemos del amor de una madre. 

El amor sin límites, el amor incondicional, el que va más allá de la imaginación.

Estoy segura de que alguna vez en tu vida una madre te ha mirado a los ojos y te ha contado lo que ha significado para ella tener a su garbancito entre sus brazos. Un ser tan frágil, vulnerable y puro que te recuerda que hay que cuidar de las personas como si fuesen la fina capa de hielo que cubre un lago. De pronto, te sientes tan jodidamente feliz como acojonada, responsable y llena de dudas y preguntas. Ya no puedes volver atrás, ese bichito ya forma parte del registro civil de nacimiento del estado, de tu vida y, también, de la historia de la humanidad. Respiras. En esos momentos en los que te pones a pensar que un ser vivo depende única y exclusivamente de tí… Le miras a los ojitos y toda voz queda en silencio, atenta a la melodía de las pieles juntas que se aman.

Eres madre pero aún no lo asimilas. Eres madre como tu madre y como tu abuela y como la madre que parió a tu abuela y, también, a tu bisabuela y, joder… ¡Cuánta madre junta!

Entonces llegan las maravillosas ideas preconcebidas sobre lo que supuestamente tiene o no tiene que ser una madre, la presión de tener que ser la madre perfecta y educar a tu bebé como bien se sabe que hay que educarlo. Porque sabemos muy bien que eso de cometer errores o tener dudas no está bien visto. Entras en el juego por miedo a que una mala decisión le vaya a afectar a tu pequeña. Tú dejas de ser la prioridad, eres la capitana de un barco a la deriva, con el timón en las manos y sin saber cómo llegar a buen puerto…

Las inseguridades bailan con las alegrías, los ataques de risa y las caricias sin fin. Un ser que no sabes de dónde ha llegado hace que, día tras día, te replantees lo que te han metido en la cabeza. La criatura es el instinto con patas sin ley que tiene el lloro como grito de guerra. Si tiene hambre llora, si tiene sueño llora, si se siente sola llora, si le apetece llora y si se caga, caga. La que tiene sueño, pero no llora, eres tú… Los primeros años son un desafío constante, como uno de esos videojuegos en los que cae comida desde el cielo y no puedes dejar que nada toque el suelo pero cae cada vez más y más y más comida y: o corres o estás perdida.

Yo me puse a correr la maratón. Tenía claro que no me iba a quedar atrás y que iba a ser la mejor versión de mí misma, la mejor madre para la mejor hija. Y cuando digo “mejor” no me comparo, me refiero a que voy a ser lo mejor que pueda a cada instante. No más.

La vida es navegación, "el arte de dominar el barco", que algunos definen como "encontrar el camino". El océano no deja a nadie indiferente. Te sacude, te balancea, te amenaza, te susurra, te grita con furia o te mece con el sonido de sus olas más dóciles… Te enseña a agarrarte a la vida con dientes, con garras, con todo. Una vez que demuestras que realmente mereces “encontrar el camino”, las corrientes serán las primeras en ayudarte, en encaminarte, en recordarte que todo lo anterior fue necesario para crecer, para adquirir más consciencia de lo que es ganar, amar, soñar, compartir, para valorar los momentos felices, aquellos que te llenan la barriga de mariposas, fuegos artificiales, colores, cosquillas, esperanzas e ilusiones con purpurina.

No puedo sacarme de la cabeza la tormenta que me dejó al mando de la manada. Papá ya no estaría para los cambios de timón, las noches más frías, los abrazos mágicos que calman las mareas del corazón… Nos quedamos mi piratilla, los cachorros y yo. Cuando caes al vacío te das cuenta de que no hay vacío, de que es una ilusión, de que tú decides si quieres vivir en blanco y negro o en color. La fuerza me venía desde dentro como un geyser, un chorro de vitalidad que nacía de cada abrazo, beso, lametón, trastada o locura. Tenía claro que mis asalvajados y yo llegaríamos a nuestro destino. Al fin y al cabo, las tormentas más grandes se transforman en los arcoirises más resplandecientes, aquellos que te tiñen el alma de tus colores favoritos. Pero esto no lo sabes hasta tiempo después, cuando las olas se calman, los vientos cesan, el sol sale y las noches no pesan.

Pasé años y años intentando capturar la magia fugaz y huidiza de las primeras veces: el primer “mama” de mi hija o “guau” de mis dentados, las primeras gamberradas, los primeros pasos, el primer baile, diente y carcajada. Con la cámara entre las manos soñaba con parar el tiempo, para poder volver a todas y cada una de las estrellas fugaces que inundaban nuestro inmenso cielo, techo del navío que se había convertido en hogar.

Sé cuándo un recuerdo se queda grabado en mi memoria. Lo noto. Me invade un escalofrío. Al principio me entra el frío del miedo, la sensación de ver cómo desaparecen los momentos más felices de mi vida, pero eso dura sólo unos segundos. Inmediatamente me concentro en archivar la estrella fugaz en su carpeta correspondiente para poder acceder a ella el resto de mi vida y me siento agradecida por poder estar llenando tantas y tantas carpetas… 

La noche en la que mi pequeña gran Silke cumplió 9 años, hubo lluvia de estrellas.

Si os contara cuál fue su noveno regalo de cumpleaños no os lo creeríais…

¡UNA BRÚJULA CON LA ROSA DE LOS VIENTOS CAPAZ DE VIAJAR MÁS ALLÁ DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO!

La encontré hace años, un domingo, en el puesto más apartado del Rastro. Una ganga de un solo uso que te permite revivir y compartir algunas de las estrellas fugaces que has ido recopilando desde tu nacimiento con la persona a la que más amas en el universo. Recuerdo las advertencias de Don Anselmo, el vendedor, quien no paraba de repetirme una y otra vez: “El mecanismo se pondrá en marcha únicamente si se monta con la persona que más ama en el universo, sino no funcionará. Se autodestruirá y habrá perdido su oportunidad para siempre. Ya no quedan más dispositivos como éste, señora, no sea imprudente. Recuerde: la persona que más ama en el universo”. No me preocupaba en absoluto. Tenía claro lo que aquel ser de 9 años significaba para mí.

En nuestra manada tenemos un pequeño ritual para recibir regalos… Cerramos los ojos y abrimos la imaginación. Caminamos hasta llegar a un arcoiris y buscamos el tesoro que todo arcoiris esconde. Nos colocamos frente al cofre y agradecemos el haber llegado hasta ahí, sin importar que el cofre se abra o no. La ineludible sonrisa de satisfacción es la señal para recibir el regalo.

Me había costado mucho educar a los cachorros para que no se adelantaran a la pequeña pirata. Les advertí con la mirada y me entendieron. Silke agarró el paquete entre sus manos:

SILKE - Mamá, te juro que esta vez creía que el cofre no se iba a abrir pero no me importaba, los colores eran tan bonitos…

VERDE - No sabes lo orgullosa que estoy de tí, cumpleañera.

Silke abrió el regalo muy lentamente… Le encantaba mantenernos intrigados, expectantes.

SILKE - ¿Para que no me pierda de camino al cole?

VERDE - ¡UNA BRÚJULA CON LA ROSA DE LOS VIENTOS CAPAZ DE VIAJAR MÁS ALLÁ DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO!

SILKE - ¿Qué? ¿La rosa de los vientos? Mamá, ¿Estás bien?

VERDE - Toda brújula contiene una rosa de los vientos Silke, es ese símbolo en forma de flor en el interior, ¿ves?

SILKE - Ah, ¿y para qué es?

VERDE - Indica los rumbos en que se divide la circunferencia del horizonte: norte, sur, este y oeste. Pero ésta no es como las demás, ésta es única y especial, como tú.

SILKE - ¿Y qué tiene de especial?

VERDE - Por ejemplo que la podrás utilizar una sola vez.

SILKE - ¿Una sola vez? Pues vaya…

VERDE - ¿Cuántas veces se vive la vida?

SILKE - Pues ya no lo sé… Porque Lucía dice que cuando nos morimos volvemos a nacer en otro cuerpo y Alfonso dice que nunca nos morimos y la profesora dice que no lo sabe porque cree que aún no se ha muerto y…

VERDE - Ya, cariño, pero aún renaciendo viviríamos otra vida diferente porque nada es igual dos veces. El pozo de peces de nuestro barrio de Aravaca, por ejemplo, nunca es igual. Ni el pozo, ni los peces. O la abuela y sus lentejas. El cielo. Mi pelo. Los chistes de tu tío, la pizarra de tu clase o tú misma. Todo está en constante cambio.

SILKE - Pues entonces… Se vive una vez, ¿no?

VERDE - Hoy decidimos que sí, que cada vida se vive una sola vez… Mañana ya veremos, puede que Lucía, Alfonso y tu profesora tengan novedades interesantes.

SILKE - ¿Y qué tiene que ver eso con que solo podré utilizar mi regalo una vez?

VERDE - Lo que quería que entendieras es que las cosas más maravillosas de este mundo ocurren una sola vez y por eso es tan especial este regalo, Silke, porque lo recordarás para siempre, y mientras lo estés viviendo lo disfrutarás sabiendo que es una experiencia sin igual.

SILKE - Ala… ¿y de qué has dicho que es capaz, mamá?

VERDE - ¡ES CAPAZ DE VIAJAR MÁS ALLÁ DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO!

SILKE - ¡Yummy, yummy!

VERDE - Hija, ¿te acuerdas de cuando Papá y yo nos divorciamos?

SILKE - ¿A qué viene eso?

VERDE - ¿Te acuerdas o no, cariño?

(Silencio).

VERDE - Yo no puedo sacarmelo de la cabeza.

(Silencio)

VERDE - Llevo años esperando este momento, esperando el día en el que tú estuvieses preparada para viajar por tus recuerdos...

SILKE - Mamá, te estás poniendo muy Weird. ¿Qué me quieres decir?

VERDE - Que si está máquina funciona nos liberará de la tormenta Silke, nos permitirá soltar, dejar ir… ¡VOLAR!

SILKE - AH…

VERDE - Pero, para ello, tienes que querer. ¿Quieres que viajemos juntas a las estrellas fugaces que hemos ido recopilando desde tu nacimiento?

SILKE - Sólo si vienes conmigo.

Así comenzó el viaje a las profundidades del alma, donde se esconden las estrellas más brillantes. Hacía tiempo que notaba a mi niña ausente. Un divorcio no es fácil para nadie. La tormenta trajo consigo una ráfaga de emociones. Incomprensión. Tristeza. Rabia. Enfado. Dolor. Impotencia. Miedo. A la pequeña rosa de los vientos le salieron espinas para protegerse, para defenderse de un dolor punzante y desgarrador… Ella no se merecía nada de eso pero tampoco mamá, ni papá, ni los cachorros, ni siquiera la propia embarcación. Nadie se merece o deja de merecer las tormentas, sencillamente llegan y te ponen el barco patas arriba. Mamá estaba tan destrozada y atemorizada como ella, pero jamás lo dijo, estaba demasiado ocupada en cuidar de la flor, tan frágil, tan bella, tan sensible… Las espinas no dejan que el dolor entre, pero, tampoco, que salga. Fueron necesarias en su momento, pero ya no lo son. Silke es una cumpleañera afortunada, está rodeada de otras flores hermosas que le aman sin límites. Es hora de deshacerse de las espinas, del dolor, de las lágrimas encarceladas. Es hora de florecer, de dejar ir, de aceptar, de transformar lo que fue en lo que será. Es hora de viajar hacia las estrellas fugaces que iluminarán un futuro celestial.

Silke puso en marcha la brújula y...

18-11-81, nacimiento de una hija que será madre.

Weird 13.

Escorpio.

“Don't ever let life pass you by”.

Una madre sin poder parar de contemplar la mano de una recién nacida llamada Silke.

La “celestial”, vinculada al cielo, a lo espiritual, lejos de lo terrenal.

American bulldog con cuatro manchas, Dawa de Sagarmatha, enseña la tripita para ser acariciada.

La creación de la manada de seres vulnerables llenos de coraje.

Una niña perro y un perro humano se hacen inseparables.

Los paseos sin fin.

La naturaleza siempre cerca. Inspiración. Paz.

Flores. Muchas flores. De todos los colores.

Rosa. Viento. Rosa. Espina. Rosa. Libre.

Anime, manga, dibujos animados.

Tatuajes, tinta, colores.

Los piececitos de un ser que ha aprendido a caminar…

Candanchú, Nepal, Cercedilla, Laos, Camboya, Islandia, Japón, Holanda, Hong Kong, Viveiro, Madrid...

Montaña, playa, río, cascada, bosque, lago, mar… Perderse para encontrarse.

Arcoíris. Arcoíris. Arcoíris.

Amanecer, atardecer, anochecer… Cómo cambia el color del cielo.

La sonrisa como bandera.

Aravaca es casa. Rivas es casa. Tú eres casa.

Rojo, verde, azul, amarillo, naranja…

Cambios de piel, cambios de look, cambios de humor, cambios de vida.

La imagen abstracta de la tinta diluida que forma dibujos aleatorios en el destino de una madre y una hija que luchan por llenar sus vidas de colores.

Tormentas, rayos y truenos.

Gota. Lluvia. Lágrimas. Frío.

Arcoíris. Carcajadas. Familia. Amor. Calor.

Ostergaards Dorje se suma a la familia.

Los ojitos de Dawa tras comerse un juguete de Silke.

Silke decide dibujar en los perros con rotuladores de colores.

Holi party festival dentro de los corazones weird.

La pequeña traviesa se pinta las uñas por primera vez… Las uñas, los dedos y el pie. Rosa y azul, azul y rosa.

Volar entre las nubes. Sensación de libertad.

La mirada de los cachorros antes de darles una galleta perruna.

Los abrazos de mi niña…

Caramelos Japón de melón.

Nuestras primeras navidades. Un pequeño árbol repleto de regalos para la más querida de la casa.

El primer regalo de Santa Claus: Pepa Pig.

Helado de yogurt con Nutella o helado de vainilla con smarties.

¡Nada de fotos mientras se come!

Esquiar con Silke dentro de su traje rojo y azul… Se nos hace mayor.

Repito: “Nunca dejes que la vida te pase de largo”.

Perros con peluca.

Nuevas gafas. Nuevas realidades.

El esguince interno del ligamento de la rodilla derecha se convierte en obra de arte by Silke. Es ya toda una artista.

Karting con Silke y su enorme casco amarillo. Enorme. Amar y yo...

Baqueira beret.

Un dragón nace en mi espalda, las cabezas de mis perros aparecen en mis piernas, un escorpión en el brazo, flores por todas partes… Entre ellas, la más bella: Silke.

El perro me lame los pies y cada vez me gusta más...

Popi, el nuevo miembro de la familia. Pequeño pero matón.

¡Pío, pío!

Ojazos.

Esperanza verde. Siempre verde y que la vida nos lleve…

Deporte. Surf. Boxeo. Escalada.

¿Algo más? Me apunto.

Dí que sí.

Cuestión de intensidad, no de tiempo.

Pero, ¿qué es el tiempo?

Un camaleón que cambia de color.

¿Quién es el camaleón?

Presente. Presente. Arcoíris.

Arcoíris es vida, hacer lo que realmente amo, cambiar lo que no me gusta, viajar, conocer, explorar, atreverme, quedarme con quien me impulse a volar alto y se una a mi vuelo…

Hasta las estrellas, la luna, la vía láctea… allí donde me encuentro con mis pequeños cada noche.

El amor es la fuerza mayor del universo.

¿Una gota de leche con forma de corazón en la cuchara?

Lo que se va, te hace fuerte… Lo que se queda, también.

Si hablamos de opuestos soy mi propio sol y mi propia luna, deseando siempre convertirme en la mejor versión de mi misma

No te daña lo que te falta, sino la creencia de que lo necesitas.

Lo que te molesta, te da paciencia.

Lo que te da miedo, te enseña a ser valiente.

Lo que odias, te enseña a amar.

Amar te enseña a dejar ir...

No sé amar un poco. No me tomo nada a la mitad. Soy todo o nada.

¡ALWAYS YUMMY!

De pronto todo es tan fácil que asusta…

Claro, ¡el cambio comienza por uno mismo!

El tiempo responde a tus preguntas o hace que ya no te importen las respuestas...

Las personas sensibles sufren más pero aman y sueñan más…

Cierra los ojos. Pide un deseo.

Estoy empezando a confiar en el camino incluso cuando no lo entiendo.

Amor incondicional.

La gran tragedia de la vida no es la muerte. Es dejar de reír, amar, soñar.

Los besos de Silke, los lametones de mis cuadrúpedos, la voz de una madre que nos avisa de que es la hora de comer, el apoyo de los más cercanos…

El deseo de querer hacerlo todo bien. La belleza de la imperfección y la sabiduría del que sabe perdonar.

Perdonar las tormentas. Perdonar lo ineludible, lo impredecible, lo inesperado. Perdonar las decisiones tomadas, los errores cometidos... Aceptar y agradecer.

Despedirse de las espinas para dar lugar a más pétalos.

Olor a unión, a amor de madre.

Siempre habrá un cofre esperando bajo el arcoiris.

Escuchar la canción de amor que no para de latir en el interior de una madre que no piensa en otra cosa que en hacer feliz a una cumpleañera con una brújula en las manos.

Una niña de 9 años coge el timón.

Un barco llega a buen puerto.

La manada está a salvo.

No hay madre perfecta. No hay hija perfecta. No hay padre perfecto.

Lo “perfecto” es un invento del ser humano para mejorar, una dirección, una brújula.

Cometemos errores. Tenemos dudas. Fallamos. Nos equivocamos.

Pero qué aburrida sería una vida sin tormentas.

No existirían los arcoírises, ni los colores intensos, ni los tesoros escondidos, ni las rosas de los vientos.

-



Pedido de Sarah Carrillo 

"1. Protagonista es una maravilloso ser que se llama Silke de 9 años.
2. Objetivo, llegar a entender que no es malo que tus padre se divorciasen.
3. No entender las emociones que la surgen, entonces no sabe como expresar sus sentimientos para sentrse mejor.
4. Todo transcurre durante un maravilloso viaje.
5. Fin feliz".





lunes, 18 de mayo de 2020

¡VIVIR DEL CUENTO!

¡VIVIR DEL CUENTO!

¿QUÉ ES ESO DE "VIVIR DEL CUENTO"? 

Es la metamorfosis de la iniciativa que nació como respuesta al confinamiento con el fin de compartir ideas, creatividad, historias, arte, ilusión. 

Te Cuento Tus Cuentos seguirá funcionando de la misma forma pero, a partir de ahora, los pedidos tendrán precio.

¿EN QUÉ CONSISTE? 

Escribiré el texto que me solicites, transformando tus ideas en palabras. 

¿QUÉ NECESITO para elaborar el texto personalizado?

  1. Qué tipo de texto quieres: cuento, ensayo, mito, poesía, teatro, leyenda, artículo periodístico, texto filosófico, novela, panfleto, fábula, microrrelato, monólogo, carta, biografía, crítica, entremés, epílogo, guion cinematográfico, escena para videobook, haiku, sinopsis, desarrollo de una idea ya empezada… Elige entre los géneros literarios que ya existen o invéntate uno nuevo (añadiendo en qué consiste, por supuesto). 
  2. Cuáles son los elementos que quieres que aparezcan en tu texto.
  3. Cualquier detalle que quieras incluir como preferencias, estilo, palabras que quieras que utilice… 
  4. Imágenes, fotografías, canciones, etc... en las que quieres que se inspire el texto.

¡TODO LO QUE CREAS QUE ME VA A AYUDAR A ESCRIBIR ESO QUE TIENES EN MENTE!

¿PRECIO?

Desde 10 euros...

Variará en función del pedido, dependiendo de la extensión, la dificultad y el trabajo de investigación que requiera.

Envíame tu pedido y yo te responderé con el precio. Es negociable y, evidentemente, justo para ambas partes. 

Si no dispones de recursos económicos pero realmente deseas un texto personalizado solamente me lo tienes que decir y yo estaré encantada de regalártelo.

¿QUÉ HACER PARA RECIBIR TU PEDIDO? 

Enviar un correo a: te.cuento.tus.cuentos@gmail.com

¿QUÉ INCLUIR EN EL CORREO?

1. Nombre y apellidos de la persona que solicita el texto.

2. Lo que explico en el apartado “¿QUÉ NECESITO para elaborar el texto personalizado?”: tipo de texto, elementos que quiero que aparezcan, detalles, estilo, referencias, imágenes, canciones, etc. ¡TODO LO QUE CREAS QUE ME VA A AYUDAR A ESCRIBIR ESO QUE TIENES EN MENTE!

¡Recibirás tu cuento en el menor tiempo posible!

*Existe la opción de “PEDIDO EXPRESS”, con coste añadido*

¿QUIÉN ES LA CREADORA DE “TE CUENTO TUS CUENTOS”?

ILARGI ZABALETA BERGARA

Actriz, presentadora, escritora, dinamizadora, organizadora de eventos/ proyectos/ festivales, profesora de teatro y una de las coordinadoras de la asociación La CaSa AMaRilla.


Desde muy pequeña se sumerge en el mundo de las artes escénicas, formando parte de la compañía “Baidefeis” en el País Vasco. A los 18 años se muda a Madrid para especializarse en interpretación, cuerpo y voz, formándose en la universidad TAI, el Centro de Investigación Teatral de Carlos Silveira, Jamming Teatro, La Joven Compañía, Residui Teatro. Lo complementa con baile, lucha escénica, dramaturgia, dirección, música, acrobacia, clown… Graba más de 15 cortos y participa, con papel protagonista, en dos webseries. Realiza teatro de calle, teatro improvisado, comunitario y social, microteatro, teatro en escenarios convencionales... Comienza a participar en proyectos teatrales internacionales (Italia, Nepal, República Checa, etc) que defienden el arte como herramienta de transformación personal y comunitaria. Asimismo, ejerce de profesora de teatro para niños y adultos. Es creadora del festival Nomadance 2019 junto con Tomás Gimeno. Actualmente, forma parte del equipo de la casa amarilla, con el fin de generar iniciativas, proyectos, espacios y actividades que promuevan el arte, la igualdad dentro de la diferencia, el amor, el respeto, el encuentro y la naturaleza. 


Correo electrónico: Ilargibergara@gmail.com

jueves, 14 de mayo de 2020

“ALTUNTÚN ROJO”

“ALTUNTÚN ROJO”

El estrecho de Gibraltar es el lugar por donde se produce la unión natural de dos masas de agua: el mar Mediterráneo y el océano Atlántico; la separación entre dos continentes: Europa y África; el límite del mundo para los griegos; el encuentro entre dos almas incomprendidas.

Tilikum era la orca más pequeña de la manada. No era como los demás. Tenía manchas blancas por todo el cuerpo, no le gustaba la caza y no era capaz de permanecer sumergido más de 5 minutos. Era el hazmereir, el “blanco” perfecto, el raro. Su madre le repetía a diario lo especial que era y lo mucho que valía. Su padre hacía como si no pasara nada, para él todo estaba bien siempre, pasara lo que pasara. Quería que su hijo fuera el mejor cazador de su manada y que lograra el reconocimiento que él se había ganado a su edad. Solamente hablaba con él para meterle presión, para decirle que se esforzará más y más. Nunca era suficiente.

Itziar era la más sensible de la cuadrilla. No era como las demás. Tenía una forma de ver el mundo que le alejaba de lo convencional, no le gustaba sentirse parte de una especie que se dedicaba a destruir el planeta y no era capaz de permanecer rodeada de personas que fingían ser algo que no eran. Era el foco de todas las miradas con ganas de dañar, la “exagerada”, la rara. Su madre le repetía a diario lo especial que era y lo mucho que valía. Su padre estaba a lo suyo, nunca opinaba, parecía estar demasiado ocupado en su vida. Se acabó separando de ellas para seguir encerrado en su burbuja, sin querer mirar más allá, evitando cualquier tipo de malestar, preocupación o conflicto. Solamente hablaba con ella para lo justo y necesario y, a veces, ni eso.

Ambos tenían sueños, deseos, anhelos. Querían viajar, ver mundo, descubrir sus límites, ponerse a prueba, fracasar y aprender, conocer a otro ser “diferente” para sentirse menos fuera de lugar.

Tilikum dejó la manada aprovechando el momento de caza. Era el momento idóneo, ya que todos tenían la atención en que la estrategia fuese infalible y no había ni una milésima de segundo para pensar en otra cosa. Miró a su madre de lejos… Era la hembra más bella de la manada, conocida por su gran aleta dorsal y la perfección de sus dos manchas blancas que resaltaban su noble mirada. Se le hubiera caído una lágrima de no haber estado bajo el mar. No sabía cuándo volvería.

Itziar dudó entre inventarse una excusa para dejar tranquila a su madre o escaparse directamente. Optó por lo segundo. Estaba demasiado cansada como para mentir. Hizo la mochila, se despidió de sus queridas mascotas y se fue, aprovechando que su madre estaba trabajando. Su madre era una mujer ejemplar, luchadora. Tenía un corazón de oro. Ella le había enseñado que esperar no era la mejor forma de ser libre.

Los dos tomaron el mismo rumbo por una misma razón: el atún rojo. Les apasionaba. Para él comer atún rojo era rebelarse contra la caza, lo más parecido a ser vegano, hacía que no se sintiera culpable por lo que comía. Para ella era tradición, desde niña se había convertido en la fan número uno de la receta de su abuela: atún con berenjena, tomate y patatas. Era el punto débil de los dos. Se sentían comprendidos por el atún. Las preocupaciones desaparecían en un abrir y cerrar de boca.

Itziar llegó a Tarifa y lo primero que hizo fue comprarse un pincho de atún rojo con berenjena, tomate y patatas en uno de los bares de la costa. Se sentó en una roca situada a la orilla del mar.

¿Conocéis la sensación de estar más acompañada que nunca sin nadie alrededor? Pues eso le sucedía a ella. El ruído que provenía del exterior en su día a día le impedía estar con ella misma.

Se repetía en voz baja una y otra vez: “Siempre que dudes de lo lejos que puedes llegar… Solo recuerda lo lejos que has llegado. Recuerda todo lo que has enfrentado, todas las batallas que has ganado y todos los temores que has superado. Lo único que vale es creer en tí”.

Tilikum nadaba con la sensación de estar libre. Daba giros, saltaba, gritaba de alegría. Soñaba que era Hércules en su décimo trabajo, a punto de derrotar al monstruo Gerión, coger los bueyes y llevarlos a Micenas. Se sentía más grande que nunca. De pronto le llegó un olor a… ¿ATÚN ROJO? No se lo podía creer. La aventura no podía ir a mejor…

Itziar estaba a punto de darle el primer mordisco a su capricho cuando, un cetáceo dentado cuatro veces más grande que ella, se lo quitó de las manos. Se quedó totalmente paralizada. Se había sentido amenazada muchas veces, pero esta adrenalina no tenía ni punto de comparación.

“Tus nervios hallarán la muerte, tus miedos la paz”. Sentía que no tenía nada que perder y se quedó quieta, observando cómo un bicho gigantesco engullía su pincho…

Esa noche la pasó en un hostal barato. Se quedaría ahí hasta encontrar su lugar. Quizás un “Workaway”, un trabajillo y un piso barato o a saber. No tenía prisa, quería dejarse sorprender.

Tilikum no pegó ojo. No sabía qué le habían echado a ese atún pero estaba demasiado bueno. No podía dejar de pensar en que quería más… Le rugían las tripas pero se negaba a cazar. Él era una orca vegana y no pensaba saltarse sus principios.

Al día siguiente, a la joven se le ocurrió volver a repetir el plan fallido: pedir el pincho que no pudo saborear en la misma roca situada a la orilla del mar…

El hambriento animal pudo percibir el olor a atún desde donde estaba y, zás, otro pincho menos para Itziar.

Estaba harta de que siempre le quitasen lo que más quería, de que no pudiese disfrutar de los placeres que creía que se merecía y se le fue de las manos. Se puso de pie y empezó a gritarle al animal:

ITZIAR - ¡LADRÓN DE CAPRICHOS, OJALÁ TE PONGAN UN CORCHO EN EL AGUJERO POR EL QUE RESPIRAS Y TE ATRAGANTES!

El animal desapareció. Ella se hizo bola y empezó a llorar y a llorar. No podía parar. A ese ritmo iba a subir hasta la marea. Tilikum escuchó los sollozos de la chica. Estaba haciéndole a una pobre indefensa lo mismo que a él le habían estado haciendo durante años. Qué vergüenza.

Se sumergió en las profundidades del mar, aún sabiendo que aguantaba poco tiempo debajo del agua, y salió con una perla brillante como signo de arrepentimiento… Itziar no se lo podía creer. No había bebido, ni fumado, ni… Pero estaba alucinando. Joder. Lo que le faltaba, una esquizofrenia paranoide. Pues ya que estaba flipándolo decidió que lo mejor era disfrutar. Alargó la mano y cogió la perla.

ITZIAR - A ver si te piensas que una perla compensa dos pinchos de atún rojo con berenjena, tomate y patatas…

El animal seguía ahí. Quieto. Mirándola fijamente.

ITZIAR - ¿Qué miras, eh? ¿Tú también crees que soy rara? Pues que sepas que es la primera vez que tendrías razones para pensarlo.

Lanzó un chorro de agua por el agujero.

ITZIAR - ¿Y tú, qué eres? ¿Una ballena blanca, un delfín gordo o una orca descolorida?

Se acercó a su enorme cabeza y descubrió que las orcas tienen los ojos minúsculos… Los ojos de Tilikum, en concreto, eran brillantes, llenos de vida y juventud. Le intentó acariciar pero se resbaló y cayó al mar. La orca le subió a su lomo y ella, por instinto, se agarró de la aleta.

Se sintieron libres. Estaban desobedeciendo, haciendo lo que les daba la gana, arriesgando. Eso era vida. Decidir sin pensar, sencillamente reaccionar y soltar la carga de normas, prohibiciones y supuestos que cumplir…

ITZIAR - ¡Te perdono a cambio de una vuelta!

Él se sintió fuerte, útil y aceptado por primera vez en su vida y, ella, dueña de sus impulsos.

Tilikum nadó lo más veloz que pudo para sorprender a su nueva amiga. Itziar confiaba en él y se dejó llevar… A lo lejos divisaron una pequeña isla.

ITZIAR - ¡Vamos a la isla del tesoro!

Era una isla con un encanto especial. Era diferente. La bautizaron como “La isla de los incomprendidos”. Poco a poco la fueron decorando, personalizando. Crearon un espacio para que pudieran ir todos aquellos seres del universo que se sintieran fuera de lugar. Aparecieron canguros que habían olvidado saltar, extraterrestres con OVNI-s sin gasolina, koalas con alergia a los árboles, erizos sin pinchos, piratas que se negaban a saquear, tiburones con intolerancia a la sangre, gaviotas sin pico, Nemo sin su padre, una bruja sin escoba, la bella durmiente con insomnio, una profesora que había perdido la ilusión de enseñar, un boxeador sin poder protegerse las manos con guantes por la dermatitis, el ratoncito Pérez saturado de tanto pedido, caperucita roja con su capa descolorida, el Joker con ganas de hacer el bien, un par de concursantes del reality supervivientes 2020 que se habían confundido de isla, un camaleón sin camuflaje, un loro mudo, un niño sin familia, un escorpión sin veneno, un vampiro fanático del ajo, un mosquito que se negaba a picar, un político en contra de la corrupción, una babosa sin baba, David Bisbal sin rizos, una araña sin tela, una mujer desahuciada… y, para sorpresa de todos, ¡el dueño del bar de los pinchos de atún con berenjena, tomate y patatas!

Juntos construimos un paraíso con un chiringuito para satisfacer el gusto de cualquier incomprendido.

Tilikum e Itziar se volvieron inseparables. Uña y carne. Después de un tiempo decidieron volver a donde se encontraban sus familias para contarles cómo habían acabado en un paraíso donde, por fín, se sentían en casa. Fue precioso el momento en el que mamá orca y mamá Itzi se conocieron tomando un daiquiri en el bar de "ALTUNTÚN ROJO".

En la isla aprendes que vivir plenamente es sentir que estás teniendo una alucinación sin fin que te lleva de un lado para otro, hacia el bienestar, el amor y la felicidad.

“Somos sonrisas, lágrimas, kilos, palabras, virtudes, defectos. Solo eso, seres que buscan su lugar en la isla de los incomprendidos”.


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La especie, como característica distintiva, posee una aleta dorsal muy larga que llega a medir hasta 1,8 metros.

La especie, como característica distintiva, posee capacidades mentales que le permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, lógicas, matemáticas, escritura, música, ciencia y tecnología.

Presenta una coloración blanca y negra que se distribuye de manera particular, la cual es propia de cada individuo y permite distinguirlo de los demás. 

Presenta una coloración que varía entre casi negro y casi blanco, que se distribuye de manera particular dependiendo de la concentración de melanina, la cual es propia de cada individuo y permite distinguirlo de los demás.

Los individuos de la especie forman estructuras sociales complejas y se organizan en grupos matrilineales; para facilitar la socialización utilizan un método de comunicación sofisticado. 

Los individuos de la especie forman estructuras sociales complejas y se organizan en grupos patrilineales; para facilitar la socialización utilizan un método de comunicación sofisticado.

Desde la antigüedad, se le ha considerado un animal feroz y peligroso. 

Desde la antigüedad, se ha considerado superior al animal.

Esa imagen empezó a cambiar desde la década de 1960, al observarse que los primeros animales en cautiverio se comportaban dócilmente y no intentaban agredir a los humanos. 

Esa imagen jamás cambió y, con el tiempo, el desarrollo tecnológico, científico y social les permitió tener más control sobre lo que definieron como “animales”, intentando domesticar y lograr comportamientos dóciles para utilizarlos a favor de sus intereses.

Se han registrado muy pocos ataques a humanos por parte de individuos en libertad, sin ninguna muerte; sin embargo, los ejemplares en cautiverio, probablemente debido al estrés que les causa la situación, se han cobrado algunas víctimas.

Se han registrado muy pocos ataques a orcas por parte de individuos en libertad, sin ninguna muerte; sin embargo, no hay que fiarse de lo que registra el ser humano de sí mismo...

Las orcas se distribuyen en todos los océanos del mundo, desde las aguas polares hasta las tropicales, aunque suelen preferir aguas frías y templadas.

Los homo sapiens se distribuyen por todo el mundo, desde donde les apetece hasta donde les da la gana, aunque suelen preferir zonas con condiciones de vida privilegiadas.

Llegan a internarse hasta el mar Mediterráneo. Concretamente, en el estrecho de Gibraltar existen varias familias de orcas residentes que se alimentan del atún rojo.

Llegan a establecerse a las orillas del mar Mediterráneo. Concretamente, en Tarifa existen varias familias de humanos residentes que se alimentan del atún rojo.


Pedido de Itziar Heras

"Itziar Heras
Orca
Mar
Resiliencia
Libertad
Crecimiento".

“Soy actor” | Álvaro Morato | TEDxReyJuanCarlosUniversity

“Soy actor” | Álvaro Morato | TEDxReyJuanCarlosUniversity 

- Hola, mi nombre es Álvaro y soy actor.

En este momento habrá personas que piensen “¡bua, qué tío más guay, es actor!”, otros que se cuestionen “¿qué coño quiere decir con eso de “soy actor”?” o que me juzguen pensando “¿pero éste quién se ha creído que es?”. Responderé a esas tres opciones. Ah, y también a la de: “¿Pero, en serio, este niñato se cree que sólo existen esas tres opciones?”.

Empecemos por: “¿Qué coño quiere decir con eso de “soy actor”?”...

Según la RAE, la palabra “actor” significa:

“1. m. y f. Persona que interpreta un papel en una obra teatral, cinematográfica, radiofónica o televisiva.

2. m. y f. coloq. Persona que exagera o finge.”

Qué, traducido a nuestra lengua, sería: “todo el puto el mundo”. Es decir, que todo el mundo es actor y, por consiguiente, nadie lo es.

Y con esta paradoja introduzco lo que, para mí, es ser actor y por lo que hoy estoy aquí:

Hay una historia detrás de cada persona. Un historia que explica cómo ha llegado a ser quien es. Eso es lo primero que tiene que saber un actor.

El protagonista de esta historia se llama Álvaro. Su objetivo en la vida: ser actor. ¿Dificultad del personaje? Nadie le da la oportunidad de hacer una prueba y, eso, le lleva a pensar en otras opciones, plantearse si merece la pena seguir o si es mejor “rendirse” y dedicarse a otra cosa más estable, accesible y fácil.

¿”Rendirse”? Álvaro siempre pone esta palabra entrecomillada porque no existe en su diccionario. Un actor no sabe lo que es rendirse porque no se plantea otra cosa que ser actor, no hay más. Hará lo que sea por lo que desea, día tras día, hasta el último de sus días.

Bukowski decía: “La dedicación sin talento es inútil. Todos se engañan pensando que lo tienen, pero no. El talento es un disparo en la oscuridad”. Yo os digo que el talento es la dedicación. Y la dedicación es pasión, perseverancia, trabajo y, a veces, locura. El loco que persiste en su locura es el único que llega a sabio. El loco que persiste en su locura es el único que llega a ser lo que realmente quiere ser. El loco es el protagonista de esta historia, quien después de mucha lucha, finalmente, se presenta ante el público como actor.

Pero, tranquilos, no he venido a hablar de lo maravilloso que es llegar a ser actor, ni de los 5 pasos que tenéis que seguir para cumplir vuestros sueños, ni de lo que debéis hacer para creer en vosotros mismos, lograr lo imposible, hacer vuestros sueños realidad, cambiar el mundo…

He venido a hablaros de lo verdaderamente complejo que es ser actor.

¿Qué a logrado Álvaro exactamente? ¿Cuál es la línea entre ser actor y no serlo? ¿Cuándo empiezas a serlo y cuándo dejas de serlo? ¿Ha cambiado algo en el protagonista? ¿Qué?

Todas esas preguntas están relacionadas con: “¿Pero éste quién se ha creído que es?”...

Álvaro no ha logrado ser actor. Álvaro siempre ha sido actor. Se es actor cuando uno se deja la piel por serlo y se deja de ser actor cuando uno se acomoda. No considero “actor” a quien se siente del todo cómodo en el escenario o ante la cámara pues, como en la vida, el actor tiene que arriesgar una vez tras otra, durante todos y cada uno de los días de su vida. El protagonista ha cambiado la perspectiva de lo que, en un principio, era su objetivo en la vida, porque si Álvaro deseaba ser actor pero siempre lo ha sido… ¿Qué ha logrado?

Ha logrado darse cuenta de que lo más importante es apostar.

Apostar por ser quien realmente es, sacando a luz sus debilidades, inseguridades, miedos, vergüenzas y maldades junto con sus fortalezas, habilidades, sueños, sonrisas y benevolencias.

Apostar por desear siempre lo mismo. En cada instante de la vida en el que te brindan la oportunidad de pedir un deseo en voz baja, por si no se cumple, en todos sus cumpleaños, cada vez que ha tirado una moneda a un pozo, cada vez que ha soñado con el genio de la lámpara, cada vez que ha rezado en secreto cuando sentía que su deseo se alejaba de él…

Apostar por la constancia, el esfuerzo y el trabajo. Dedicación. Sed insaciable por aprender, crecer, mejorar.

Apostar por una locura que la mayoría tacha por imposible, ingenua e inaccesible.

Apostar una vida, pues cuando uno toma este camino no hay vuelta atrás.

Lo que no sabía era que al apostar iba a ganar algo mucho más grande que el “ser actor”.

Se convirtió en su mejor cómplice y supo que, por encima de cualquier etiqueta, Álvaro es el que defiende que los instintos son más honestos que los pensamientos; el amante de los mini bomboncitos escondidos en cada ventana de los calendarios navideños; el loco disfrazado de loro; el hombre que ama la lluvia; el mejor amigo de los animales, sobre todo de los perros peludos y de los conejos madrugadores; el culo inquieto que no para de saltar o escalar sin saber por qué; el que lo da todo por su familia, siendo sus padres una fuente de inspiración de la que no deja de beber; el enamoradizo con sonrisa tímida y juguetona; el soñador, el romántico, el cara de niño bueno; el que si quiere, quiere con todo; el que prefiere escribir en inglés sus publicaciones de instagram; el luchador exigente con zapatillas rojas que no cree en rendiciones; el diferente, el que no quiere pasar desapercibido, al que le aburre lo “normal”; el sensible con ojos hermosos; el mejor hermano mayor y el hijo más querido; el fiestero bailongo que piensa que el éxito es fruto del trabajo duro; el del Powerade azul y el arroz tres delicias con rollito de primavera y salsa roja; el que se opone a ser lo que la gente espera; el de las 1001 primas; el de la play, el fat food y el Parkour a ratos; el del corazón de oro; el de “¡actúa antes de pensar!”; el chico con un nombre que significa “guardián” o “defensor total”; el ser de luz lleno de fuerza, ilusiones, pasión; el cabezota, guasón, comprometido y trabajador; el que sabe encontrar las cosquillas; el amigo de sus amigos; el que sabe lo que quiere; el que elige siempre el camino más complicado; el farandulero, el juglar, el intérprete, el personaje, el protagonista, el actor; el que se ha creído que es.

“¡Bua, qué tío más guay, es actor!”

Sí, Álvaro es actor, pero es mucho más y, todo eso, lo ha logrado por apostar. Porque cuando apuestas por lo que realmente deseas y no dejas de caminar hacia el mismo objetivo, tarde o temprano llegarás, y llegarás rodeado de todo aquello que te hará feliz el resto de tu vida: personas especiales que se vuelven familia, una colección inmensa de recuerdos que alimentan el alma, travesuras secretas, errores garrafales y lecciones magistrales, descubrimientos, historias de amor, casualidades, causalidades, serendipias, miradas eternas, placeres íntimos, sensaciones inolvidables y, sobre todo, el amor incondicional de una hermana.

Y en cuanto a “¿Pero, en serio, este niñato se cree que sólo existen esas tres opciones entre tanta gente?”... Evidentemente no, pero el tiempo es limitado y, repito una última vez, hay que APOSTAR. Y, yo, hoy, he apostado por esas tres opciones.

Ha sido un placer. Gracias.


Pedido de Elena Morato

"1-PROTAGONISTA: Álvaro. 
2-SU OBJETIVO EN LA VIDA: ser actor. 
3-DIFICULTAD DEL PERSONAJE: Nadie le da la oportunidad de hacer una prueba. 
4-Piensa otras opciones, piensa en rendirse y dedicarse a otra cosa. 
5-Después de mucha lucha, finalmente lo consigue."